1) Créditos
Por Adrián Fernández Sánchez, alumno del grupo de mañana del segundo curso del Grado en Maestro en Educación Primaria (Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca).
2) Introducción
En esta entrada comentaré aspectos interesantes según mi criterio respecto a lo trabajado esta semana en las clases de la asignatura.
3) Desarrollo
El miércoles estuvimos realizando diversos monotipos con ayuda de acetatos. El jueves expusieron las investigaciones cuatro de mis compañeros: Lucía (Arte contemporáneo: la instalación artística), Ainhoa (La historia de la fotografía), Álvaro (Procedimientos: la escultura) y Marina (Lenguajes gráficos: la retórica visual). Los cuatro lo hicieron genial y nos contaron cosas muy interesantes y que desconocía. Por ejemplo, me encantó la propuesta didáctica de mi compañera Lucía.
Pero hoy he decidido hablar de otro tema. Mi hermana está cursando segundo de Bachillerato. Esta semana la he visto especialmente agobiada, ya que tiene muchos exámenes y la EBAU está cerca. Le cuesta dormir, concentrarse, realizar tareas cotidianas, etc. Precisamente, esto es sobre lo que voy a realizar mis disquisiciones esta semana. Aporto este vídeo, a modo de inicio de mi reflexión, acerca de los peligros que supone la ansiedad de los jóvenes en el ámbito educativo:
La psicóloga Eva Sández en una entrevista de 2021 para la Voz de Galicia afirmó que hay alumnos que en segundo de bachillerato sufren la misma presión que un deportista de élite. Creo que todos en mayor o menor medida hemos vivido directa o indirectamente situaciones que confirman esta idea. Pero, ¿por qué hay estudiantes que lo pasan tan mal? Y más importante aún, ¿por qué banalizamos y normalizamos el sufrimiento y la ansiedad de tantos y tantos alumnos? Creo que la respuesta a estas dos preguntas se halla en la resistencia al cambio, la rigidez institucional y el sistema de evaluación que caracterizan a la escuela.
Figura 1. Jóvenes agobiados durante un examen. Fuente: https://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/2013/05/21/cinco-consejos-para-afrontar-los-agobios-de-los-examenes/ |
En primer lugar, la resistencia al cambio de todos los agentes educativos implicados, en concreto, de los docentes. Las cosas complicadas conllevan más esfuerzo que las simples. Por eso las hacen pocas personas. En el caso de los profesores, es mucho más sencillo limitarse a hacer "lo que se ha hecho siempre". Como docente, es muy cómodo ceñirse a dar el temario que la ley te impone, sin plantearte cómo se pueden sentir tus alumnos.
En segundo lugar, la rigidez de la institución escolar per se. El sistema educativo es más conservador que innovador. La Administración limita enormemente la libertad de acción de los docentes a través de sus férreas leyes. Estos se traduce en la uniformización de la enseñanza, la cual es fácil, rápida y barata. Sin embargo, la sociedad del siglo XXI en que nos vemos inmersos implica necesariamente individualizar la enseñanza. Los intereses y gustos son personales o individuales. Los poderes estatales no deben imponer tanto a los profesores qué deben enseñar y a los estudiantes qué pueden aprender.
En tercer lugar, la evaluación final tradicional predominante en nuestro sistema educativo, cuya máxima exponente es la archiconocida EBAU. Debemos tener en cuenta que los objetivos que impone la LOMLOE son claramente competenciales. Y como todos sabemos, nunca se acaba de adquirir una competencia al completo, ya que se plantean como un continuum a lo largo de toda la vida de la persona. Podemos decir que las competencias y los objetivos competenciales de la LOMLOE suponen la materialización y/o concreción del aprendizaje permanente. Por tanto, hoy en día no tiene sentido la evaluación sumativa o final, ya los objetivos competenciales no terminan jamás, por definición.
4) Conclusiones
En resumen, si queremos mejorar la salud mental de nuestros estudiantes, debemos reconstruir el sistema educativo. La evaluación sumativa hoy en día carece de sentido. En esta línea, el pintor cubano Ignacio Estrada afirmó una vez que si un niño no puede aprender de la manera en que le enseñamos, quizá debemos enseñarle de la manera en que él aprende. De esta manera, la enseñanza individualizada se vuelve una necesidad imperante. Como docentes, debemos adaptar nuestra didáctica a las fortalezas, debilidades, intereses y formas de aprender de todos y cada uno de nuestros estudiantes. Solo de esta manera lograremos que tantos y tantos jóvenes dejen de sufrir a causa del sistema educativo, y por consiguiente sean más felices. En esta tarea, tanto los docentes como la Administración tienen la sartén por el mango.
5) Bibliografía
Acosta, S. (19 de septiembre de 2021). «Hay alumnos que en segundo de bachillerato sufren la misma presión que un deportista de élite». La Voz de Galicia. https://www.lavozdegalicia.es/noticia/educacion/2021/09/15/sobrevivir-segundo-bachillerato/00031631711644574322783.htm
Ayudarte Estudio de Psicología. (18 de febrero de 2021). Ansiedad ante exámenes- Cómo reducir la ansiedad de tu hijo. [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://youtu.be/x9Jsa643l-M
Pajuelo, C. (21 de mayo de 2013). Cinco consejos para afrontar los agobios de los exámenes. Escuela de Padres. https://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/2013/05/21/cinco-consejos-para-afrontar-los-agobios-de-los-examenes/
UBBTVCHILE. (13 de marzo de 2019). Los peligros de la Ansiedad en la Educación. [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://youtu.be/17RKhs61z2A
UNIR. (26 de marzo de 2021). Estrés y ansiedad en el aula: ¿Cómo abordarlos? Recomendaciones y técnicas. UNIR. https://www.unir.net/educacion/revista/estres-y-ansiedad-en-el-aula/